¿Cuál fue el reto o problema a resolver?
Los grandes volúmenes de residuos metálicos generados durante los procesos de fabricación llevaron a uno de nuestros clientes industriales a valorar la viabilidad de aprovecharlos como nueva materia prima. Así pues, la empresa contactó con nosotros y nos propuso analizar los residuos, que consistían en virutas de aluminio, para determinar su potencial reciclabilidad. Además, el cliente estaba interesado en conocer las características que tendría el material fabricado a partir de esta materia prima.
Con este estudio, el equipo de Innovación en Materiales de INFINITIA pudo demostrar que era posible dar una segunda vida a estos residuos y obtener nueva materia prima de alta calidad.
Adicionalmente, el reprocesado de las virutas consiguió otro importante objetivo: reducir el impacto medioambiental de los procesos industriales y reforzar el compromiso de la empresa con la sostenibilidad.
Las muestras recibidas contenían restos de taladrina y refrigerante. Por lo tanto, en primer lugar se diseñó procedimiento de limpieza para eliminar los residuos de las muestras.
Una vez preparadas, se examinaron las virutas para determinar si sus características morfológicas y geométricas influyen en el posterior proceso de reprocesado. Un análisis visual con cámara y microscopio estereoscópico permitió clasificar este material según la norma ISO 3685:1993.
A continuación, se realizó una caracterización completa de las virutas, con la finalidad de definir sus propiedades y relacionarlas con las propiedades del material obtenido a partir de ellas.
En primer lugar se realizó un análisis elemental de los residuos orientado a determinar la composición de las diferentes virutas y determinar cuáles eran las aleaciones mayoritarias. A continuación, se efectuó una colorimetría para determinar la relación presente entre el tipo de aleación y su aspecto visual. Por otro lado, mediante un estudio de corrosión se determinó el grado de resistencia de las virutas a la corrosión.
Otra propiedad relevante es la medida de microdureza superficial que presentan los materiales ya que esta prueba aporta información sobre las propiedades mecánicas del material como pueden ser la fuerza, la ductilidad o la resistencia frente a las deformaciones plásticas y elásticas.
Por último, se llevó a cabo un examen de la microestructura para comparar las posibles diferencias antes y después del reprocesado. Para este estudio, se realizó una metalografía de las muestras y se inspeccionaron mediante un microscopio electrónico de barrido.
El análisis de los datos obtenidos dio un resultado positivo. Es decir, el material reprocesado a partir de los residuos originales no solo mantenía unas propiedades adecuadas para un segundo uso, sino que la nueva materia prima contaba con unos altos estándares de calidad.
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