¿Cuál fue el reto o problema a resolver?
Un cliente contactó con INFINITIA porque tenía un problema con unas placas electrónicas defectuosas que habían sido retiradas del mercado por unos fallos en su funcionamiento. Estas placas mostraban unos residuos desconocidos, y se precisaba conocer su composición química, su origen, y de esta forma establecer responsabilidades o prevenir futuras incidencias.
El proyecto se abordó mediante una rigurosa selección de técnicas de análisis. El proceso analítico se inició con una inspección detallada utilizando microscopía óptica para localizar las áreas afectadas por los residuos.
Para conocer en detalle la morfología de los residuos se examinaron mediante SEM (Microscopía electrónica de barrido), y se determinó su composición química a través de EDX (Análisis elemental superficial), proporcionando así un perfil detallado de los residuos detectados.
Finalmente, con toda la información recogida se descartó que los residuos fueran causados por la corrosión del circuito, sino que se trataban de depósitos generados por ambientes externos. La acumulación de estos residuos sobre la superficie metálica podría influir gravemente en la conductividad de la superficie, y por tanto afectar a la funcionalidad de la placa.
La investigación llevada a cabo por INFINITIA permitió al cliente identificar de manera precisa el problema subyacente e implementar medidas correctivas en la producción, asegurando así la calidad y confiabilidad de los productos futuros.