Qué es AMFE: El análisis modal de fallos y efectos

El análisis modal de fallos y efectos es fundamental en el diseño de productos industriales. Gracias a este método es posible identificar y comprender los fallos que pueda presentar un producto, corregirlos durante la fase de diseño y obtener un resultado final libre de errores. A lo largo de este artículo, te explicamos qué es AMFE y cuáles son los pasos necesarios que hay que llevar a cabo para aplicar el análisis modal.

¿Qué es AMFE?

El análisis modal de fallos y efectos, conocido por sus siglas AMFE, es una metodología analítica estructurada que sirve para adelantarse e identificar los fallos que pueden surgir en el proceso de creación de un producto o sistema y de este modo, al igual que la ingeniería forense, evitarlos.

La finalidad de un análisis modal es, por tanto, descubrir todas las formas en las que podría fallar un producto durante el proceso de diseño industrial y evitar esos fallos o en su caso, limitar su efecto.

Diferentes tipos de Análisis modal de fallos y efectos

Hoy en día, el análisis modal es una parte esencial en el diseño de productos y componentes de cualquier industria. No obstante, es necesario remontarse a la década de los cincuenta del pasado siglo para comprender su éxito. Inicialmente, surge para aplicarse en el desarrollo armamentístico estadounidense y resulta ser tan eficaz que pronto lo incorporan las industrias más potentes del momento, como son la aeroespacial o la automovilística.

El método AMFE ha ido evolucionando, ajustándose en función de lo que se analiza y concretándose en diferentes subcategorías o tipos de análisis modal de fallos y efectos. Son los siguientes:

1. Análisis modal de fallos y efectos funcionales

Consiste en identificar cualquier problema específico del proceso dentro del contexto de todo el sistema. Para ello, se lleva a cabo la evaluación de las piezas y componentes que conforman el producto y se realiza un análisis de su funcionamiento a nivel de sistema.

2. Análisis modal de fallos y efectos del diseño

Este tipo de análisis modal evalúa la posibilidad de que se produzcan fallos en los productos o se reduzca su vida útil debido a problemas en la fase de diseño. De este modo, se analiza todo aquello que tiene que ver con las propiedades de los materiales, la interfaz entre los componentes, la geometría, tolerancia o interacción de los sistemas por señalar algunos.

3. Análisis modal de fallos y efectos del proceso.

El análisis modal de fallos en los procesos estudia todos los pasos que intervienen para llegar al producto final y que puedan generar fallos que afecten a la calidad del producto y al rendimiento final. Esta tipología analítica se centra, por tanto, en los métodos de procesamiento, la maquinaria que se utiliza, los factores ambientales que puedan afectar al rendimiento del proceso, los factores humanos, los sistemas de medición o las estrategias de mantenimiento entre otros.

7 Pasos para realizar un análisis modal

La metodología AMFE consiste en evaluar el modo en el que falla un sistema o componente del producto con la finalidad de clasificar su importancia, el efecto y la probabilidad de que se produzca el fallo. Gracias a esta información, que se recopila en una hoja de trabajo, los equipos de diseño pueden realizar las modificaciones necesarias y tomar las mejores decisiones en cada parte del prototipado.

Hay que señalar que el análisis modal de fallos y efectos se basa en un principio escalonado de fases, puesto que cada paso se basa en el anterior a medida que se lleva a cabo el proceso analítico. Estas son las 7 etapas que se utilizan para realizar un análisis modal:

  1. Reunir el equipo de análisis modal y revisar el proceso en busca de posibles fallos.
  2. Determinar la clasificación de la gravedad de cada fallo.
  3. Determinar el rango de ocurrencia de cada fallo.
  4. Determinar la clasificación de detección de cada fallo.
  5. Asignar un número de prioridad de riesgo (NPR) y priorizar las acciones.
  6. Tomar medidas y revisar el proceso.
  7. Volver a clasificar el número de prioridad de riesgo.

Cada elemento del proceso se revisa para identificar las áreas potencialmente problemáticas y, a continuación, se clasifican en una escala de valor del 1 al 10. De este modo, se consiguen evitar fallos que puedan darse en el desarrollo o en el lanzamiento del producto.

Ventajas del método AMFE

Gracias al análisis modal de fallos y efectos podemos plantear múltiples opciones para mitigar los riesgos, adquirir mayor capacidad de verificación de los cambios, una mejora del diseño, tanto del producto como del proceso, y ahorrar costes gracias a soluciones tempranas.

En definitiva, esta metodología es sumamente eficaz a la hora de identificar y corregir cualquier fallo del proceso y del producto en una fase temprana del diseño para tomar medidas eficaces y mejorar el resultado del producto. Si estás pensando en desarrollar un producto industrial y buscas asesoramiento profesional, ponte en contacto con nuestro equipo de ingeniería forense.